¿Cuál es el problema de las pensiones en Colombia? Esencialmente, que están terriblemente mal diseñadas, son brutalmente desiguales y es facilísimo mostrar por qué.
Si empezamos hablando de los subsidios que reciben los pensionados, quedas “impactada”. Tomemos como ejemplo cifras reales de 2017. El dinero para repartir es el 2,6 % del producto interno bruto de Colombia (algo así como 8 mil millones de dólares, una bobadita). Hagamos 5 grupos de pensionados. Este recibe 5 partes del total de subsidios; a otro le tocan 19 partes; 54 para otro; 13 en el otro; y 9 en este. Si los organizamos del grupo que menos ingresos tiene al que más, ¿qué resulta? Que estos, el 20 % de las personas con las pensiones más altas, se llevan el 54 % del dinero para subsidios. O sea, la distribución está perfectamente al revés, pues uno esperaría que el dinero que ponemos los colombianos sea para subsidiar a los más necesitados. ¡Y no es así! Casi el 90 % de los subsidios de pensiones va para hogares que no son pobres. Impactada.
Siguiente evidencia del mal diseño: ¿quiénes entran al club de pensionados? Seguro ya lo puedes anticipar: los que más ganan. De ellos, hay 430 mil recibiendo pensión, mientras que, del grupo de abajo, de los que menos ganan, solo hay 7 mil. Esto es un sistema de seguridad social patas arriba, porque si no tuviste una vida laboral estable y, por lo tanto, no lograste cotizar suficiente para la pensión, pues te jodes. Y así es que tres cuartas partes de los colombianos, los que más lo necesitan, no entran al club.
La buena noticia es que, si no te pensionas, te devuelven la plata que diste ajustada a la inflación. La mala noticia es que, en Colpensiones, esa plata que estuviste guardando no te generó ningún rendimiento. Es como si tú le hubieras prestado plata al sistema de pensiones colombiano durante unas décadas, pero a 0 % de interés. Técnicamente, diríamos que te expropian los intereses de tu ahorro para subsidiar a los que sí tuvieron plata para cotizar y lograr la pensión.
Ahora, todo esto es el régimen público, o sea, Colpensiones. ¿El privado es mejor? Pues por lo menos ahí sí te devuelven la plata con intereses en caso de que no te pensiones y también es cierto que los que ganan más son los que ponen para el subsidio de los de menos ingresos. Pero igual el régimen privado tiene sus problemas. Por ejemplo, en 2013, solo el 17% de las personas que cumplían con el requisito de edad lograban pensionarse, en comparación con un 35% del régimen público. Además, es un fondo de ahorro individual que se te puede acabar y dejarte embalado, o sea, no es una pensión vitalicia como la de Colpensiones. Otro problema es que hay muy poca competencia entre los fondos privados y dos de ellos concentran el 90 % de los cotizantes. Así que se ven muy cómodos ellos sin esforzarse por ofrecer mejores condiciones para sus afiliados.
Claro, hay más cosas, pero lo realmente problemático, de nuevo, es el diseño del sistema completo, público y privado según se inventó en la Ley 100: no tiene ningún sentido que haya dos regímenes compitiendo por conseguir cotizantes, ofreciendo condiciones radicalmente distintas y que el ciudadano tenga que preguntarse cuál es mejor, corriendo el riesgo o de quedar desprotegido o de recargar el gasto público del país. ¿Recuerdan ese 2,6 % del PIB? Pues solo la educación recibe más plata para subsidios, de resto, ningún otro programa social le sale tan caro al país, peor aun, tan caro y sin llegar a los que de verdad lo necesitan. Por eso, Colombia tiene que cambiar por completo su sistema pensional.
Los colombianos tenemos la idea equivocada de que la pensión es el reconocimiento de años de esfuerzo, el merecido descanso. Y ese error lo refleja el mismo sistema: ¿No tuviste un buen trabajo que te permitiera cotizar? Pues te friegas. Y estamos hablando de los informales o los que ganaron menos de un salario mínimo. Y eso, mi querida audiencia, es la mitad de los trabajadores colombianos.
¿Cuál es la alternativa, entonces? La información que han visto hasta ahora nos la compartió Fedesarrollo, un centro independiente de investigación económica. Ellos trabajaron junto con grupos de expertos los temas más espinosos del país para hacer diagnósticos y propuestas, que pueden encontrar en la web del proyecto, junto con los demás videos de esta serie. Ahora, veamos qué propusieron en materia pensional.
Lo primero: que todos los colombianos tengan derecho a un auxilio para la vejez sin importar cómo les fue en su vida laboral. Es decir, gratuito. No sería un salario mínimo, sino algo así como la mitad. A esto lo llaman el primer pilar, un verdadero sistema de protección en la vejez ¡para todos!
El segundo pilar sería un complemento al primero y obligatorio para todos los que trabajan. Participarían los actuales fondos privados, Colpensiones y otros mecanismos de ahorro debidamente regulados y supervisados. De esta forma, se profundizaría la competencia.
Y luego, habría un tercer pilar, un ahorro voluntario individual, por cuenta y riesgo del trabajador que sería libre de escoger entre diferentes vehículos de ahorro para la vejez. Si uno quiere un merecido descanso, debe cuidar y proyectar su propia vida financiera, pero no recargarse en los subsidios.
Se habla de “pilares” porque en vez de tener un sistema de competencia entre el régimen público y el privado, como el actual, se tendría un esquema en donde todos los adultos mayores tendrían un ingreso básico financiado con recursos públicos, que se complementaría con un esquema de ahorro obligatorio y otro voluntario en las mismas condiciones para todas las personas.
Ahora, queda la gran pregunta: ¿Cómo se va a pagar esto? Pues la respuesta completa supera las posibilidades de este video; podemos anticipar que el auxilio universal costaría 2,18 % del PIB, poco menos de lo que nos gastamos hoy subsidiado pensiones que en su gran mayoría van para hogares que no son pobres. Pero bueno, mejor pásense por la web para profundizar en los diagnósticos y las propuestas de Fedesarrollo, no sin antes compartir este video.